La eterna búsqueda de la felicidad.  Lecciones desde la Ciencia de la Felicidad

El curso sobre la Ciencia de la Felicidad

En un mundo donde la búsqueda de la felicidad parece ser un objetivo inalcanzable para muchos, el reciente estudio de la Universidad de Bristol arroja luz sobre un camino prometedor: la felicidad, al igual que cualquier habilidad, requiere práctica y dedicación.

El innovador curso “Ciencia de la Felicidad”, que desde su lanzamiento en 2018 ha demostrado ser una fuente de mejora significativa en el bienestar de los estudiantes, nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del bienestar y cómo podemos cultivarlo en nuestras vidas.

La principal lección que emerge de este estudio es clara: los beneficios iniciales en el bienestar mental, aunque prometedores, son meramente temporales sin un esfuerzo sostenido y la práctica continua de hábitos basados en la evidencia, tales como la gratitud, el ejercicio, la meditación y el mantener un diario.

Esta revelación desafía la tendencia contemporánea hacia el autocuidado pasivo, promoviendo en cambio una visión más activa y centrada hacia el exterior del bienestar.

Lo que distingue a este curso y su filosofía subyacente es la evidencia empírica en la que se basa. Desde hablar con extraños hasta caminar en la naturaleza, las intervenciones de psicología positiva enseñadas en el curso apuntan a desviar nuestra atención de nosotros mismos, fomentando una conexión más profunda con los demás y el mundo que nos rodea. Es un recordatorio poderoso de que la felicidad no solo se encuentra en el interior sino también en nuestra interacción con el mundo exterior.

La felicidad a estudio

El estudio longitudinal de la Universidad de Bristol es el primero en seguir el bienestar de los estudiantes mucho después de haber terminado el curso, proporcionando una perspectiva valiosa sobre la durabilidad de estos efectos positivos.

Aunque los resultados sugieren un sesgo de muestreo, con estudiantes inicialmente más inclinados hacia el bienestar mental optando por el curso, es notable que aquellos que continuaron practicando las intervenciones mantuvieron su bienestar a lo largo del tiempo. Esto subraya la importancia de la práctica continuada y el compromiso personal con los hábitos saludables de la mente.


Sin embargo, este enfoque no está exento de críticas.

Se podría argumentar que la responsabilidad de la salud mental no debería recaer únicamente en el individuo, sino que debe ser apoyada por un entorno social y político que promueva activamente el bienestar colectivo.

Además, el acceso a este tipo de cursos y la capacidad de integrar sus lecciones en la vida diaria no son iguales para todos, planteando preguntas sobre la equidad y la inclusividad en la promoción de la salud mental.

En conclusión, el curso “Ciencia de la Felicidad” y los hallazgos del estudio de seguimiento ofrecen lecciones valiosas para individuos y sociedades por igual. Nos recuerdan que la felicidad, lejos de ser un estado pasajero o el producto de circunstancias fortuitas, es una habilidad que puede y debe ser cultivada con intención y esfuerzo.

Sin embargo, para que estos esfuerzos sean verdaderamente fructíferos, deben ser apoyados por un compromiso más amplio con la creación de condiciones que promuevan el bienestar general.

La felicidad requiere práctica, sí, pero también un mundo que facilite esa práctica a cada paso del camino.

Referencias

Hobbs, C., Jelbert, S., Santos, L.R. et al. Long-term analysis of a psychoeducational course on university students’ mental well-being. High Educ (2024). https://doi.org/10.1007/s10734-024-01202-4

Thomas, L. Happiness Takes Practice. Neuroscience News posts https://neurosciencenews.com/happiness-practice-25736/

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