Los autores preguntaron a los gestores de estas compañías cómo tomaron decisiones en su proyecto de innovación más reciente, incluido el grado en que usaron los datos, el instinto y otras heurísticas simples (estrategias mentales). Los hallazgos señalaron que entre esos métodos de toma de decisiones estaban:
- Elegir lo que la mayoría de la gente quería
- Elegir la opción con la mayor cantidad de puntos positivos
- Seleccionar la opción que deseaba la persona con más experiencia del equipo.
Se preguntó a los gestores si creían que tomaron la decisión correcta y qué tan rápido fueron para tomar esa decisión.
Los resultados mostraron que los gestores confiaron en su propio instinto tanto como en los datos, usando el “recuento” más que cualquier otra métrica.
Según el Dr. Oguz A. Acar, coautor del informe, “esta investigación muestra que la toma de decisiones basada en datos no es la panacea en todas las situaciones y puede no resultar en una mayor precisión frente a la incertidumbre.”
Así mismo observó que “bajo una incertidumbre extrema, los gestores, particularmente aquellos con más experiencia, deben confiar en la experiencia y los instintos que los han impulsado a tal posición. El conocimiento desarrollado a lo largo de los años como líder puede ser una herramienta más eficaz que una herramienta analítica que, en situaciones de extrema incertidumbre, podría actuar como un obstáculo más que como un motor de éxito”.
En conclusión, las personas que confían en su instinto y lo complementan con estrategias simples de toma de decisiones toman decisiones igualmente buenas, pero más rápidas, que las que confían únicamente en métodos de datos.
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