La Conferencia de las Partes o COP es el órgano supremo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). En ella, los jefes de Estado y de Gobierno, o en su nombre los ministros, toman decisiones para intentar mitigar los efectos de la crisis climática derivados de la acción humana.
Pero la COP cuenta con mucho más, cuenta con el apoyo de todas las instituciones, empresas o colectivos de la sociedad civil preocupados y comprometidos con el medioambiente, los derechos humanos y la igualdad. El objetivo de este movimiento es cambiar el rumbo y proteger el planeta.
Fuera de los espacios para la foto, muchas personas se reúnen para compartir experiencia, buscar apoyo, cargar las pilas ante tantas piedras en el camino y tirar adelante, optimistas, de que vamos a conseguir el cambio.
Esto no va de política, ni tan siquiera de Gretas (aunque ojalá hubiera más Gretas y menos políticas populistas) sino de personas que han dicho basta, que aman su casa, su tierra, su planeta y a la gente que hay en ella.
La COP es un punto de encuentro para alinear ideas, para conocer nuevos colegas, compañeros de lucha, para ver en perspectiva y para entenderte mejor y saber qué
En la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático se aprobó, finalmente, un acuerdo que recoge los tres temas para los que Chile pidió ayuda de facilitación a España, que incluyen la ambición climática, los mecanismos de pérdidas y daños y la financiación.
Pero nada más. Los países no alcanzaron más acuerdos ni avanzaron en acabar con la grave crisis climática en la que estamos. El texto aprobado por el acuerdo expresa la “urgente necesidad” de aumentar la ambición de los compromisos nacionales de reducción de emisiones para luchar contra el cambio climático en 2020, de acuerdo con el calendario fijado en 2015 por el Acuerdo de París. Sin embargo, la política no avanza firmemente al ritmo ni al nivel que lo hace la ciudadanía.
La sociedad civil es consciente de la necesidad de cambiar el modelo, de avanzar, de colaborar por un bien mayor. La sociedad política y financiera sigue son su dinámica cortoplacista, avariciosa y de pocas luces.
Lo que espero de esta cumbre no es ya que esta sociedad política y financiera abra los ojos sino que la ola de la sociedad civil los engulla y expulse de este mar humano que se empieza a alzar contra tantas injusticias y desaciertos contra la vida, la humanidad y el planeta en su globalidad.
A pesar de esta descorazonadora situación y de esta triste desilusión, tuve la oportunidad y el orgullo de formar parte del debate sobre ciudades inteligentes con dos de las personas más brillantes sobre lo que son los territorios sostenibles, Javier Cortés, de UN Global Compact Cities Progam, y Sara Perales, de Green Blue Management en Typsa,en una mesa moderada por la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas.
Cada uno con su experiencia, cada uno con su punto de vista, pero una idea común: las personas deben liderar el cambio, empujar iniciativas y promover la innovación como valor. Para ello, es necesario un cambio cultural, una nueva manera de hacer y de ser.
Debemos cooperar en el desarrollo de iniciativas por un objetivo común, acabar con esta crisis climática.