Cognición, emoción y tecnología

Durante este confinamiento, no podemos dejar pasar la oportunidad de aprender y compartir.

En esta ocasión, un webminar sobre Ciencias Cognitivas en el que hablamos de cómo funciona el cerebro, cómo procesa las emociones y qué relación tiene con la motivación.

Tras un breve repaso histórico acerca de la psicología y de las ciencias cognitivas, aterrizamos de lleno en las teorías del comportamiento humano para entender cómo podemos analizar la conducta esperada en base a una serie de indicadores observables gracias al uso de las tecnologías.

A continuación, y tras una breve explicación acerca de nuestros canales sensoriales (nuestros 5 sentidos), nos adentramos en lo que viene a ser el nuevo mercado del análisis del comportamiento con base en la tecnología.

Interesantes desarrollos, como Eye in the Sky, AI Guardman o social distancing detector, van encaminados a mejorar la seguridad de las personas mediente visión por computador, mientras que AI Fake Review Detection lucha contra las fake news a través del uso de la inteligencia artificial (AI).

Otras tecnologías, como Sound Shirit o Ford Feel the View, permiten hacer uso de otros sentidos paera captar la información sensorial que no puede ser oída o vista, respectivamente.

Looxid VR nos introduce en mundos virtuales para ayudar en la investigación clínica de traumas y trastornos mentales.

Pepper, el conocido robot lector de emociones, y Voicesense, nos permiten “leer” las emociones que están experimentando otros.

Por último, Emoti-on, plantea todo un marco de desarrollo que cose todas estas y otras tecnologías para unir el mundo del análisis del comportamiento y la automatización de edificios y hogares para adaptar el entorno al usuario motivando nuevos comportamientos en la conclusión de sus objetivos.

Entre otros ejemplos de esta plataforma está el conocimiento del impacto del mensaje (imaginen un político que pueda saber si ha convencido a su público o un coach que pudiera saber si está consiguiendo motivar a su asesorado) así como la probabilidad de retorno en la memoria (imagine un profesor que pudiera saber con qué grado de probabilidad ha conseguido que sus alumnos puedan recordar una enseñanza concreta). Pero también existen otras aplicaciones, como la correlación entre ventas diarias y emociones captadas (en retail), la predicción de comportamientos anómalos (en asistencia independiente) o el conocimiento del grado de estrés y ansiedad durante una actividad (por ejemplo para prevenir lesiones de deportistas o aumentar la motivación y atención durante la jornada de trabajo).

Sin duda, la tecnología está entrando en el mundo de las emociones a gran velocidad y, en los próximos años, vamos a experimentar grandes avances.

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