Pero Santa está realmente comprometido con el planeta y se ha dado cuenta de su impacto, con lo que ha puesto en marcha un nuevo modelo de producción, entrega y explotación de regalos.
Siempre busca formas de dejar un mundo mejor, porque su magia no se limita solo a repartir regalos.
Para reducir su impacto ambiental, Santa Claus está adoptando diversas estrategias.
Santa ha instalado paneles solares, molinos eólicos y aprovecha energía geotérmica en el Polo Norte.
Ha incorporado la automatización y sistemas avanzados que reduzcan el desperdicio durante la producción.
Prioriza el uso de plásticos reciclados y materiales biodegradables en los juguetes. Reutiliza los materiales sobrantes para fabricar nuevos juguetes.
También ha incorporado la impresión 3D con filamento reciclado para reaprovechar embalajes y restos de producción.
En lugar de fabricar todo en el Polo Norte, Santa ha establecido fábricas regionales que reduzcan las emisiones por transporte gracias a la proximidad. De hecho fomenta que las familias den prioridad a regalos locales y sostenibles en sus cartas.
Su trineo está equipado con sistemas para capturar y almacenar carbono directamente del aire. También lo ha equipado con sistemas que capturen la energía generada durante su vuelo para reutilizarla después.
Santa ha reducido el volumen de regalos físicos mediante videojuegos descargables, experiencias virtuales en realidad aumentada, libros electrónicos, aplicaciones educativas digitales que no requieren transporte físico, entradas a parques o incluso donaciones benéficas en nombre del receptor.
Otra iniciativa que ha decidido implantar para mitigar las emisiones que no pueda evitar es plantar un árbol por cada regalo entregado y propone a las familias hacer lo mismo por cada regalo recibido.
Y en lugar de carbón para los niños «malos», Santa pha puesto en marcha un estudio que plantea entregar semillas o pequeños árboles para plantar, promoviendo la reforestación y la educación ambiental.
Como Santa tiene una enorme influencia en niños y adultos, promueve hábitos sostenibles durante la Navidad, como reducir envoltorios plásticos o usar luces LED y enseñar a las nuevas generaciones sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.
Con todas estás prácticas de reducción, Santa ha conseguido bajar un 80 % sus emisiones (casi 15 millones de Tn Co2) y con la plantación de árboles está trabajando para compensando el resto.