Durante la conferencia, abordé cómo la tecnología está transformando la criminología, desde la figura del criminólogo hasta la aplicación de herramientas como la inteligencia artificial (IA), el Big Data, los sistemas de información geográfica (SIG) y los gemelos digitales.
Uno de los aspectos destacado es el uso de la IA y el Big Data para analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real, identificando patrones y comportamientos sospechosos que pueden anticipar actividades delictivas. Por ejemplo, las fuerzas de seguridad utilizan algoritmos de aprendizaje automático para predecir zonas y momentos con mayor probabilidad de delitos, optimizando así la asignación de recursos.
Sin embargo, estos sistemas no deben ser ajenos a sus riesgos potenciales derivados de los sesgos, la falta de transparencia o la dificultad de disponer de datos suficientes y adecuados.
También hablé del uso de los sistemas de información geográfica (SIG) para elaborar mapas del crimen e incluso perfiles geográficos que permitan un uso eficiente de los recursos de seguridad y un análisis predictivo del comportamiento del criminal en el espacio y el tiempo.
Una tecnología muy prometedora son los gemelos digitales, réplicas virtuales de sistemas físicos, que permiten simular escenarios y predecir comportamientos, preservando la cadena de custodia y propiciando el trabajo multidisciplinar en campo virtual.
También tuve la oportunidad de exponer mi visión sobre la visión del futuro de la criminología y su necesidad de desarrollo en campos tan prometedores como la criminología en el espacio, que requiere de equipamientos y procedimientos adecuados para la obtención de pruebas y evidencias, además de la protección ante ciberataques, la criminología cuántica, con el enorme potencial no sólo de cálculo mediante computación cuántica sino de obtención de pruebas y análisis inmediato con la sensórica cuántica, y la necesidad de la figura del Deepfake hunter capaz de llevar a cabo el análisis de las suplantaciones de imagen y voz digitales. Estos y los actuales ámbitos de trabajo en la criminología no sólo requieren del desarrollo adecuado de la tecnología sino del conocimiento de su uso, potenciales beneficios y sus limitaciones.
Finalmente hablé del uso de la tecnología en el crimen desde la otra perspectiva, es decir, el uso fraudulento que los criminales hacen de herramientas tan poderosas como la IA, el Big Data e incluso el SIG.