El diseño del hospital no fue producto de un despacho cerrado. Fue el resultado de un proceso profundamente participativo. Utilizando la técnica ZMET (Zaltman Metaphor Elicitation Technique), desarrollada en Harvard para explorar metáforas subconscientes asociadas a emociones, se recopilaron percepciones y necesidades tanto de niños, como de sus familias y del personal sanitario (Astorino, 2009).
Este enfoque permitió diseñar un hospital que no se ve como una amenaza, sino como un espacio de acogida. En palabras del arquitecto jefe, el objetivo era “quitar el estrés de estar en un hospital y reemplazarlo con la esperanza”.
Visualmente, el edificio se yergue como un símbolo esperanzador desde múltiples puntos de Pittsburgh. Más que una estructura clínica, funciona como un ícono emocional. Desde lejos parece decir: “Este es un lugar seguro, hecho para cuidar”.
La decisión de mantenerlo en el barrio de Lawrenceville, en lugar de moverlo a los suburbios, también fue estratégica, La idea de anclar el hospital en una comunidad diversa le dio un rol simbólico y regenerador para la ciudad.
Una de las decisiones más innovadoras fue apostar por el silencio como terapia. El hospital fue diseñado para ser uno de los más silenciosos del país, con sofisticados sistemas de aislamiento acústico entre habitaciones, pasillos y áreas comunes (Children’s Hospital of Pittsburgh, n.d.-a).
La neurociencia ha demostrado que el exceso de ruido puede activar el eje del estrés, especialmente en niños, afectando el sueño, el estado de ánimo y el sistema inmunológico. El
El uso de materiales cálidos, formas suaves y paletas de color alegres (pero no estridentes) genera una atmósfera de seguridad y juego, más asociada a una escuela que a un hospital. Las superficies evitan brillos agresivos, los colores verdes y azules invitan a la calma, y los suelos evitan texturas industriales para incorporar sensaciones más naturales.
Este uso del diseño emocional está directamente alineado con la neuroarquitectura, disciplina que estudia cómo el entorno físico afecta estructuras cerebrales como la amígdala (emoción), el hipocampo (memoria) y la corteza prefrontal (toma de decisiones).
El 80 % del hospital tiene acceso a luz natural directa. El edificio obtuvo certificación LEED por su eficiencia energética, uso de materiales sostenibles y control del aire interior (PPG, 2021). El acceso a la luz solar está científicamente vinculado a mejoras en el estado de ánimo, los ciclos circadianos y la recuperación postoperatoria.