El deporte y la empresa tienen más en común de lo que a simple vista podría parecer. Ambos entornos exigen toma de decisiones bajo presión, adaptación a cambios constantes y liderazgo en escenarios donde la incertidumbre es una constante. En ambos casos, la falta de certezas puede generar ansiedad y paralizar la acción, pero los líderes más efectivos saben que el éxito no depende de eliminar la incertidumbre, sino de aprender a gestionarla estratégicamente.
Un caso emblemático de liderazgo en tiempos inciertos es el de Cathy Engelbert, quien asumió en 2019 como la primera comisionada de la WNBA. Enfrentó de inmediato grandes desafíos: la liga luchaba por mayor estabilidad financiera, mejores condiciones para las jugadoras y una mayor visibilidad mediática en comparación con la NBA. Su reto no era solo administrar una organización deportiva, sino transformar su estructura y garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
Engelbert no era ajena a la incertidumbre. Antes de llegar a la WNBA, ya había roto barreras al convertirse en la primera mujer CEO de Deloitte en Estados Unidos, liderando una firma global con más de 100,000 empleados. No obstante, su nuevo rol implicaba desafíos únicos: debía equilibrar la realidad financiera con la necesidad de crecimiento, gestionar la presión de inversores y patrocinadores, y, al mismo tiempo, garantizar condiciones dignas para las jugadoras.
El golpe definitivo llegó en 2020 con la pandemia de COVID-19, cuando la incertidumbre se multiplicó exponencialmente. Los ingresos cayeron drásticamente, el baloncesto se detuvo y la continuidad de la liga estaba en peligro. Ante este escenario, Engelbert respondió con rapidez y decisión, diseñando la «WNBA Bubble», un entorno seguro en Bradenton, Florida, que permitió la reanudación de la temporada. Este enfoque no solo garantizó la supervivencia de la liga, sino que también se convirtió en un modelo de gestión de crisis replicado en otras competiciones deportivas.
Desde la neurociencia, sabemos que la incertidumbre activa respuestas automáticas de alerta en el cerebro, generando ansiedad y, en muchos casos, bloqueos mentales (Brosschot, Verkuil & Thayer, 2016). Sin embargo, los líderes más efectivos convierten la incertidumbre en una ventaja competitiva.
Liderar sin certezas es uno de los mayores desafíos en cualquier industria, pero la historia de Engelbert demuestra que, con una visión clara, capacidad de adaptación y comunicación efectiva, es posible no solo resistir la incertidumbre, sino utilizarla como un catalizador para la transformación y el crecimiento.
En este artículo, exploraremos cómo Engelbert logró transformar la WNBA en medio del caos, qué principios aplicó en su liderazgo y qué lecciones podemos extraer para el mundo empresarial.